lunes, 8 de febrero de 2010

Comprendiendo el adios

Cuantas veces nos vamos sin decir hasta luego? Cuantas veces lo hacemos sin siquiera un chau nos vemos?

Y cuantas veces ese hasta luego... se convierte en un hasta nunca... y ese nos vemos... en un, espero jamás volverte a ver.

Cuantas veces nos lamentamos no haber saludado a esa persona querida, teniendo la fe en que volveríamos a verla.
Hay veces, donde ese saludo, no se vuelva a dar por cuestiones de uno... otras veces no depende de nosotros.

Me pasó una vez... que por temor... por confianza a que volvería a verlo, dejé de saludar a ese ser querido, sin saber, que esa era la última vez que lo vería. Es fea la sensación que queda. No sería bueno que la próxima vez ante una situación parecida, saludemos igual?

Sabían que un saludo no se le niega a nadie? Eso me enseñó la vida. Ni a tu peor enemigo.
No caigas tan bajo en no estrechar esa mano. No vale la pena.

Un saludo enorme a todos!!!

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